jueves, 20 de agosto de 2015

Fantasías peliculeras



¿Nunca os ha pasado que queréis que vuestra vida sea una película? Me explico. Desde querer ser una princesa a la que la salva su príncipe azul, hasta ser la adolescente marginada a la que un viernes por la noche se le asoma por la ventana un vampiro buenorro, o incluso esa que tiene un desenlace desastroso pero al final termina con uno de esos besos de película que tantas anhelamos.

Durante toda mi vida me he rodeado tanto de libros como series y películas que te pintaban unas escenas dignas de ser coronadas deseo de cualquier persona, aunque luego bajes de las nubes y la realidad sea muy diferente.

No quiero decir que esté mal, sin ir más lejos mi novio es una de las personas con las que mejor me lo paso y probablemente la que mejor entiende mi locura.Aun así siempre está esa espinita que nos dice que queremos que en algún momento nos sorprenda en mitad de la noche escalando hasta la terraza de nuestra habitación para pasar la noche juntos y que luego se escape antes de que los padres se den cuenta de lo ocurrido.

No me miréis con cara de "esta tía está loca" sabéis que las cosas que suceden en las películas son bellas y mágicas, aunque sean controladas y frías gracias al maravilloso guión que siguen. Aun así hay películas, cuyos hechos te gustaría que pasaran en tu vida, y no me lo puedes negar.

Uno de mis preferidos, aunque no creo que el único, es el final de la película "Rumores y mentiras" donde después de que a la protagonista la tachen de puta para arriba llegamos a un final digno de una american film.



Literalmente podemos ver como se montan en una corta césped al ritmo de la canción Don´t you forget about me de Simple Minds que el chico tiene puesta en unos altavoces. A parte del hecho de que amo esa canción y me encanta la peli de la que está sacada decidme, ¿a que mujer de este mundo no le gustaría que le hicieran estas mariconadas? Madre mía... y yo me consideraba una mujer cuerda...

Nos vemos en el siguiente post bellos lectores... ¡cambio y corto!

domingo, 9 de agosto de 2015

¿Utopía?

Durante la mayor parte de mi vida he intentado no destacar. Incuso ahora rehuyo los tacones, a pesar de que me encantan, para no sobresalir entre las personas de mi alrededor. Eso lo achaco mucho a mi altura desmesurada. 1,70. Ya ves... Pero tampoco soy un murciélago. No vivo siempre en las sombras, hay veces que también me gusta que la gente me mire y ser por un pequeño tiempo el centro de atención.

Este verano muchos amigos se han puesto a trabajar. En un primer momento dije: "Yo también, ¿por qué no?" Pero lo que se veía como una idea algo estrambótica y sin mucho futuro ha acabado siendo eso mismo, una idea que no me ha llevado a ninguna parte. No sé. Me gusta lo artístico y pensé que ya que este año cumplí la mayoría de edad podría por fin configurar Adsense en mi blog y sacar un dinero extra que no me vendría nada mal para la uni.

Supongo que creí que mi blog era más de lo que es. Enlazando esto con lo de ser el centro de atención, creo que he sobre valorado lo que soy capaz de escribir. No estoy diciendo que escriba mal, sé que un mínimo de decoro tengo escribiendo, pero viendo otros blogs me fijo en que sus estradas reciben docenas de comentarios mientras que los míos siguen desiertos desde hace ya tiempo. Y yo me pregunto...¿es por el contenido? Ya no sé que pensar, cada vez que subo algo me desespero porque quiero encontrar esa conexión entre escritora y lector, pero nunca la consigo por mucho que haga.

Recientemente pensé en darle otro lavado de cara al blog, vi otros con muchas interacciones y me dije: "Igual poniéndolo rosita y super mono funciona", pero esa no soy yo. No me gusta el rosita y no quiero que lo primero que vea la gente cuando entre a mi blog sea un festival de la Barbie.

Este blog es la cosa más importante que tengo. Mi madre dice que es un diario que he expuesto al mundo, pero yo creo que es el universo de los escritores del siglo XXI. Así que no sé que hacer, claramente seguiré escribiendo en mi preciado blog pero todavía tengo la sensación de que por mucho que lo intente no conseguiré lo que me proponga... como en una utopía, se me aleja.



Si has llegado hasta aquí por favor no te asustes, no estoy siempre tan depresiva. Tiendo a ser bastante idiota y sarcástica. ¡Nos vemos!





martes, 4 de agosto de 2015

Relato: ¿Eso es que me quieres?

Es una noche preciosa. El cielo está lleno de estrellas y a lo lejos se ve la luna. Grande, redonda y blanca. Misteriosa. Me acerco al borde del tejado y me tumbo mirando el enorme firmamento. Distingo la osa mayor y a duras penas la menor. También creo distinguir la constelación de Atlas, pero no lo celebro mucho porque creo que la he confundido con otra.

Sopla una suave brisa que me despeina un poco el pelo. Me aparto un mechón de la boca. y levanto la mano acariciando el viento. No me gusta mucho el fresco, pero las brisas de verano son deliciosas. Pasan unos minutos hasta que me doy cuenta de que me he quedado mirando como una tonta como mi mano acariciaba el viento.

Me río por lo bajo y saco mi móvil. Lo desbloqueo y al pasar el dedo por la pantalla me hago un corte superficial en el dedo gordo. Desventajas de tener la pantalla rota supongo.

-¿Por qué seré tan patosa?

Son las 11:23 de la noche. Llega tarde y me sorprende porque él odia llegar tarde. Supongo que pedirle que viniera a estas horas de la noche porque yo me he peleado con mis padres ha sido una tontería. Noto como se va formando un nudo en mi garganta y como se me humedecen los ojos.

-No... tienes que dejar de ser una niña tonta-me digo.

Me doy unas palmaditas en la mejilla derecha y pestañeo varias veces para deshacerme de esas lágrimas que amenazan con caer. Me incorporo y estoy a punto de levantarme cuando veo algo entre las sombras. Es una persona.

-¿Hola? ¿Hay alguien?

Silencio. Noto como el corazón se me acelera y como empiezan a sudarme un poco las palmas de las manos. No sé porque han vuelto las lágrimas a mis ojos. Estoy a punto de gritar.

-Estás preciosa cuando lloras.

Me quedo en blanco.

-¡Gilipollas! ¿Tú sabes el susto que me has dado? ¡Estaba a punto de gritar!

Me cruzo de brazos y escondo la cara entre el pelo.

Escucho unos pasos acercándose y a él agachándose a mi lado.

-Cariño, ¿a estas horas quién va a estar en la azotea?