sábado, 30 de abril de 2016

Palabras vacías

Me gusta escribir. De hecho, amo escribir.

Escribo desde que en la ESO unas amigas y yo nos obsesionamos con un grupo de música. O fue antes? Ni idea. Todo empezó con fan fictions. Una cosa tan cutre que me da un poco de vergüenza admitir que los escribía.

Luego supongo que evolucioné, es obvio, fui creciendo y los temas sobre los que escribía fueron cambiando.

Empezaba a escribir pequeñas historias.

Historias que amaba, porque eran mías, se me habían ocurrido a mí y me encantaba verlas en mi cabeza como si fueran una película.

Pero ahora eso ha desaparecido. Le dedico tanto tiempo a cosas minoritarias que ya apenas escribo, y lo poco que escribo lo escribo a ordenador. Ya no me acuerdo cuando fue la última vez que cogí mi boli bic de 50 céntimos y mi cuaderno con la mitad de las hojas arrancadas y me puse a darle al coco.

Lo que es peor, lo poco que escribo solo sirve para hacer daño a personas que me importan... No quiero que este blog haga daño a nadie, ni que sea un sitio donde escribir cosas sin pensar... Porque no es lo que yo quiero.

Ahora estoy replanteándome todo, y cuando digo todo es todo.

En cuanto a mi pequeño espacio en Internet, quiero cuidarlo y que las palabras que escriba en él no hieran a nadie.

Porque sé perfectamente que las palabras tienen poder, mucho, y que si quieren hacer daño, pueden.