Amigos, cosplays y merchandising.
Así resumiría la Japan Weekend a la que fui el sábado pasado aquí en
Bilbao. Resultó ser un evento en el que comimos, reímos, jugamos y cantamos,
acabando todos bastante muertos al final del día, pero con una experiencia
increíble detrás.
Lo que más me alucinó, como siempre, fueron los cosplay. Podía haber desde
gente llevando un simple gorro de Teemo (muy típico aunque no muy original)
hasta cosplays curradísimos que, aunque no conociera su origen, me encantaron.
Con
esta ya son 2 las Japans a las que he ido (espero que dos de muchas a las que
vaya) y, la verdad, me ha gustado igual o más que la anterior. La diferencia
más notable es que en esta ya sabía a lo que iba y lo que iba a haber, así que
el gasto que hice no fue tan grande como en la Japan de
2015, en la que gasté un poquito más de la cuenta.
También
pudimos ver el concurso de cosplay que se hizo en el evento, que acabó siendo
una de las cosas más impresionantes que tuvieron lugar en el evento. Nota: hubo un chaval
disfrazado de Iron Man que bailó de puta madre (perdonadme la
expresión).