domingo, 5 de octubre de 2014

5 de Octubre- Rememorando

Hace unos días bajaba en el bus escuchando música. Normalmente la llevo a un volúmen estratosférico; pero ya, a esas alturas de la tarde, mis oídos no aguantaban el sonido de las guitarras eléctricas y la batería de The Killers o los remixes de Steve Aoki o Dimitri Vegas. Por mis auriculares se escuchaba mi nuevo descubrimiento, un remix de Hardwell de A sky full of stars. Una canción hipnótica y tranquila para variar.
Aunque el autobús no estuviera abarrotado decidí quedarme de pie, solo porque no me gusta sentarme al lado de alguien que no conozco. No me importa quedarme de pie, una barra donde apollarme y un poco de equilibrio bastaban. Normalmente voy mirando a mi móvil, sin verdaderamente hacer nada, solo mirar una y otra vez las mismas redes sociales de siempre para ver cosas de gente que no me interesan del todo. Pero desde hace un tiempo evito eso, si que hay veces que voy mirando al móvil pero son escasas, desde que vi un vídeo que decía que nos perdemos muchas cosas por estar siempre con este aparato. Y es verdad. Ahora lo que hago es ponerme los cascos, elegir una lista de reproducción y poner el volumen según me apetezca ese día.Después simplemente observo las cosas, aunque aquel día hacer eso me hizo ver algo que hace tiempo había olvidado.
Eran las cinco de la tarde de un viernes y aunque fuera la hora para todos de salir del cole yo hacía una horas que ya había salido de allí.En los asientos de cuatro personas había unos niños... no les echaría más de 12 o 13 años. Los típicos armando jaleo siempre y que se creen demasiado mayores para la edad que realmente tienen. No me habría fijado en ellos si no fuera porque en un momento uno de los chicos se fijo en que, al lado de la puerta de salida, al principio del bus estaba una compañera de clase. Fue en ese momento cuando le dirijió la palabra, la chica le respondió, giró la cabeza y suspiró. Su cara, no me olvidaré de ella, me recordó a mí a su edad. Chicos y chicas creyéndose mejores o más que algunos y pensando que tienen el derecho a tratar mal a las personas, a burlarse de ellas. Vamos lo que hoy en día llamaríamos Bullying.
Me dio lástima ver a esa pobre chica, porque el bullying es un asco, y más cuando tienes pinta de ser una chica tímida, incluso mucho peor si lo eres. Pero verla me hizo recordar mis años en la ESO. Un asco. Al principio me lo tomaba a bromas, luego empezó a ser molesto y al final llegó a un punto en el que tuvimos que hablar con nuestra tutora porque llegaban a lanzarme trozos de borra gomas con cola en mitad de clase. La ESO no fueron precisamente mis mejores años. Pero pensé que a medida que fuéramos creciendo la gente maduraría un poco...creí que dejarían de hacerlo. Me equivocaba. Parecía que había tenido una tregua con esas personas ya que estar en clases diferentes no les incitaba a hacer nada, pero este año, estando en 2º de Bachillerato (sí, ultimo curso y a punto de cumplir 18 años) la situación no podría ser peor.
Solo diré que ha habido veces que me he tenido que aguantar las ganas de llorar, que rezaba para que no se fijaran en mí y para que no me dijeran nada, que contaba los minutos para que terminara la clase... no fueron unos días precisamente bonitos que digamos... Llegaron hasta empujarme la cabeza estando el profesor a escasos centímetros...eso me frustro. Que fueran capaces de hacer esas cosas sin que los pillara nadie, que pudieran sentirse libres de hacerlo...Hubo otra vez en la que fue mi archivador en sus manos el que impacto repetidas veces en mi cabeza.
Y lo peor sin duda es que se rían de mi a través de mi novio. Y yo me pregunto ¿qué les importa? Claro esta sus preguntas no son precisamente sutiles, ya he oído mas de una vez a ver si se la había chupado o a ver si ya habíamos follado y los odio, los odio por eso. La situación no ha mejorado mucho, aunque me he librado de uno de ellos por unos cambios de sitio que ha hecho la profesora, ya que le dije que había unas personas a las que no aguantaba, pero como tampoco le dije que se metían conmigo no ha debido de darle mucha importancia porque todavía siguen estando otros dos al rededor.
Solo diré que en estos casos lo último que hay que hacer es derrumbarse y lo primero hablarlo con alguien que te ayude, ya sea profesor, padre o madre o incluso algún amigo. Aunque por experiencia lo de decírselo a un profesor solo servirá para que de una charla sobre no meterse con la gente que nadie escuchara y que les importará más bien poco. He escuchado de gente que se hace cortes en las muñecas o en los muslos. Por favor, no. En ningún caso es culpa tuya y no mereces ser tu la/el que sufras. Y sobre todo mantente fuerte, la adolescencia pasa y el sentido común les llega tarde o temprano. Rodeate de tus amigos, disfruta con ellos. Que no te quiten el placer de los años adolescentes, de descubrirte a ti misma, de saber como eres...porque seguro que eres mejor que ellos.