Semanas han pasado desde que no escribo aquí.
¿La razón? Muy simple. Después de 3 semanas de interminables recuperaciones me fui de vacaciones con mis padres a la capital.
Madrid. Esa ciudad que tanto me gusta y a saber por qué, ya que la última vez que estuve fue hace 6 o 7 años.
Esta ha sido mi cuarta visita. Recuerdo haber ido dos veces de vacaciones y una para ver a mi grupo favorito de aquel entonces, los
Jonas Brothers, así que os podéis imaginar hace cuánto de mi última visita.

Pero esta vez ha sido
diferente. Era consciente de lo que veía. Cuando fuimos al
Museo del Prado, era consciente de que estaba ante uno de mis cuadros favoritos de
Velázquez o ante una de las pinturas goyescas de
Goya. Era consciente de que estaba delante de uno de mis cuadros favoritos cuando estábamos de pie delante del
Gernika de
Picasso. Sabia perfectamente que estaba paseando por Sol y podía recordar cómo rodaron allí el principio de
Las brujas de Zugarramurdi, esa película que tanto me gusta.
En resumen,
me ha encantado.
Aunque, ante la eterna pregunta de si,
¿Barcelona o Madrid? Nunca se, ni sabré con cuál de las dos quedarme.
P.d: Como actualización de mi vida estudiantil, por si hay alguien interesado, termine el curso bastante mal. Suspendí 6 asignaturas, cosa de la que no me sentí nada orgullosa, hasta llegué a pensar que era una completa inútil. Pero le di la vuelta y aprobé cuatro de esas seis. Ahora sí, no ha sido el mejor primer año de universidad, pero estoy orgullosa del resultado final.
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