Es complicado, ahora todo es complicado. Están pasando muchas cosas a la vez y no sé lo que quiero. Pero debería aclararme ya de una vez ¿no? Va siendo hora de que sepa lo que quiero, pero ese momento no llega. Yo camino, pienso, cavilo, lloro... pero no sirve de nada.
Decisiones. A o B. No puedo quedarme en un intermedio. Tengo que seguir hacia delante, pero me atasco. Hay un bache con el que tropiezo una y otra vez. Cuando creo que ya lo he aclarado todo, ahí está ese bache lleno de dudas que me vuelve a recordar el pasado y del que no puedo escapar hasta que he derramado un buen surtido de lágrimas y he escuchado una docena de canciones de amor.
¿Qué me pasa? No me reconozco. A mí no me pasaban estas cosas. Yo era calladita, tímida... Supongo que he evolucionado. Porque eso es lo que hace la gente ¿no? Evoluciona. No puedo seguir siendo la misma chica que comenzó este blog porque lo había visto en una serie de televisión. De repente mi mundo se ha vuelto irreconocible.
Lo que hace tomar decisiones... O peor, lo que hace tener miedo a las consecuencias que puedan tener esas decisiones... No es fácil elegir. ¿Y si ya nada es lo mismo? ¿Y si nadie me hace volver a sentirme así?
El amor es difícil. El amor es... complicado. El amor duele.
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