Después de haberme tenido que levantar a las 9 para poder ir a desayunar a tiempo a la cafetería de la residencia de estudiantes donde estoy, he pensado: ¿Y qué mejor que actualizar mi blog que hace tiempo que no escribo en él?
Verdaderamente esto ha estado bastante desierto durante algún tiempo, aunque la razón es muy simple. La universidad. Sí, he llegado a esa etapa de mi vida. Esa en la que en septiembre no esperas volver al cole para reencontrarte con viejos amigos y ver a los mismos compañeros de siempre.No. Esta vez es muy diferente.
Empiezo la universidad y empiezo a vivir sola, con mi propia habitación en una residencia en Leioa. Tengo que decir que debido a toda la mezcla de sentimientos que tengo todavía no me ha dado tiempo a echar de menos a nadie, pero sé que lo haré.
Soy una chica que está bastante acostumbrada a estar siempre rodeada de mi familia, mis amigos y mi novio. Imaginarme sola en un lugar en el que no conozco a nadie me daba un poco de miedo y, aunque sigue dándomelo, hasta ahora la experiencia está siendo bastante buena.
Al llegar aquí subimos todas mis cosas a mi habitación que la verdad está bastante bien. Lo malo fue que no vi a nadie. Literalmente a nadie. Yo me emparanollé pensando que era la única en la residencia, pero no. A la hora de la cena tuve oportunidad de conocer a unas chicas y un par de chicos de lo más majos.
Las preguntas eran las típicas: ¿De dónde eres? ¿Qué vas a estudiar?... Y recibías respuestas de todo tipo. Una de ellas, como yo, es de San Sebastián, aunque también hay una que viene desde Albacete y otra desde Burgos.
Ahora solo espero que la universidad sea más llevadera de lo que parece. ¡¡Deseadme suerte que empiezo mañana a las 9!!
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