domingo, 1 de mayo de 2016

Mi heroína

¿Por dónde empiezo?

Ella es mi madre. La persona que ha aguantado mis lloros, mis enfados, mis morriñas, mis caprichos y mis crisis de quinceañera (aunque tenga más ahora que entonces).

Es la que me ha sabido guiar en la vida convirtiéndome en la joven que soy ahora y de la que tan orgullosa estoy de ser. Es la que cuando estoy enferma cuida de mí y la que me da la mano en los análisis de sangre, cuando mi cara roza el color del yeso de lo blanca que está.

La que aplaude mis victorias y me da un abrazo en los momentos malos.

Ella.

La que empezó a darme charlas cuando yo apenas tenía 14 años. Ama, sé que parecía que pasaba de lo que decías, pero no es así. Cada consejo que me has dado, cada charla de más de tres cuartos de hora que he escuchado se ha quedado dentro de mi cabeza por muy aburrida que pareciera estar en ese momento.

Tu día no es solo el 1, son los 365 que nos aguantas al aita y a mí.

Que aunque nos pongas mala cara cuando ponemos el lavavajillas o le damos un portazo al microondas, sé que nos quieres con locura. Como nosotros a ti, porque eres el pilar de nuestra pequeña familia de tres (la familia telerín nos llamaban).

Por echarme de menos cuando estoy en la residencia, por seguir regañándome por tener mi cuarto de Donosti desordenado y por seguir cuidando que no salga mucho de fiesta, aunque sabes que salgo poco, ¡Feliz día de la madre!

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